Thursday, March 01, 2007

ESOS RATOS, UN POCO TONTOS


Hay esos ratos, ya sabes,
al depilarme el bigote, darme crema de noche
antiarrugas,
o tiñéndome las canas,
pero sobre todo esos momentos en los que me sorprendo
limpiando en lugares de la cocina que antes
ni siquiera imaginaba que existían,
ya sabes,
esos ratos
en los que la vida de mamá,
mujer casada,
trabajadora y ama de casa,
treintañera y de clase media,
esa vida
que a ratos me aturulla y me hace sentir
asquerosamente aburguesada,
soporíficamente apoltronada,
y aburrida hasta el bostezo,
esos ratos tontos en los que me pega el bajón y
me pregunto quien cojones es esa extraña…

…entonces,
me viene de pronto, sin que la llame
(o tal vez
sí la llame)
una imagen de mí misma caminando envuelta en un aire
azul
de puro frío y humedad,
cubierta por un cielo gris que
amenaza lluvia pero que no termina de asustarme,
protegida por mi chupa del ejército del aire, dos tallas más grande y
cambiada con alguien por dos vinilos de
no recuerdo que grupo
(Deep Purple?, nunca me gustaron, ya sabes…)
y con
pantalones de pana recién cogidos de la Salvation Army,
pasando del sujetador,
pateando con mis botas militares con hebillas que hacen
plic plic a cada paso, con una bolsa
petada de latas de Baked Beans Heinz
(te las dan en la iglesia, ya sabes, y si no te lo digo ahora,
te las dan a cambio de unos cupones de la oficina del paro…)

Y voy de camino a la okupa de mi amigo asturiano,
pero antes hago una paradita en la estación de Clapham
porque todo el mundo sabe
que en la puerta es donde más colillas hay
porque es donde todo el mundo tira sus cigarros
antes de entrar al metro y
(si no lo sabías ya lo sabes)
ahí es donde puedes conseguir las colillas más largas,
y además hay mogollón,
así que voy pallá
y cojo unas cuantas
y me las guardo,
y luego en casa de mi amigo asturiano deshacemos las colillas y echamos el tabaco en una latita
y de ahí nos hacemos un par de trujas con papel de fumar
y nos comemos una lata de judías y una lechuga pelá, porque no hay más,
y encendemos unas velas porque está sin luz,
y hablamos de tonterías
y nos echamos unas risas
y nos morreamos un rato.

Luego camino los cuarenta minutos de vuelta hasta mi okupa
pensando
en que debería follármelo, pero nunca me lo follo,
y no sé por qué, si él tiene ganas y a mí me gusta,
pero me da miedo
que mi novio se entere
y me parta la cara,
porque mi pibe es un venao y me espero cualquier cosa de él,
como cuando se pulió todo el subsidio del paro
en cervezas y maría
y una mierda que no sé ni lo que era
(no era farlopa, tal vez speed, no sé)
y que él
y los otros subnormales de la casa se esnifaron
en el espejo del baño
(lo descolgaron para la ocasión y
medía como un metro…)
y les duró el pedo toda la noche
pero luego no tuvimos comida en todo el mes
y comí carne con patatas en el comedor de la iglesia
todos los días a medio día
y sopa de carne con patatas
todas las cenas por la noche…

Y entonces llego a la casa
y habíamos encontrado esa escopeta de fogueo,
ya sabes, estaba en la casa cuando llegamos,
y mi chico no está
pero la escopeta de fogueo sí,
está clavada en la pared de mi habitación
y se ve que antes la ha clavado como en quince sitios más
porque las paredes están como un queso de gruyere
y además todo está tirado por el suelo
y ha destrozado la silla y la mesita y las patas
andan esparramás por todo el cuarto
y me doy cuenta de que tengo que largarme de ahí
cagando leches.

Y ahí estoy plantada, en una habitación hecha mierda,
tratando de armar un puzle con trozos de muebles destrozados,
tratando de reconstruir el puzle de mi desconcertada persona,
viviendo el hoy como si no hubiera un mañana,
(pero sí lo hubo…)
sabiendo en el fondo, que aquello no duraría…
Quince años atrás y a la vez fue ayer,
y me dan ganas de correr a darme un abrazo,
y yo sé que al final todo estará bien, y solo quiero
que podamos pasar un rato juntas
contarnos cualquier cosa la una a la otra, echarnos unas risas,
y darle un par de libras
a esa chavala que cena palitos de pescado
siete veces en semana
para que se tome unas pintas de cerveza en el pub
de Brixton donde van todos los abuelos negros
con sombreros de fieltro a escuchar blues…
Y en fin,
ese túnel del tiempo me devuelve del ayer al hoy y
me voy sintiendo mejor,

Mucho mejor,
Porque
es bueno saber que ella sigue por ahí dentro,
con sus botas con hebillas y sus sienes afeitadas
poniendo un poco de equilibrio con su desorden
en este orden tan asfixiante a ratos,
y porque
es bueno saber que, al menos, ahora,
podría comprar
mi propio tabaco…

… si todavía fumase.





14 comments:

xxx said...

me acabo de quedar bastante sobrecogido con este post lau...Es tan lindo y tan crudo...no se que decir!!..tengo una cosa en la barriga que no se como nombrar...Yo también quería dar un abrazo a esa Lau que no conocí vestida con botas que hacen clic al andar...Esa lau que pulula por ahí dentro de ti...Aún, seguro...
Eres privilegiada Te salvaste!!Sobreviviste!!¿que sería NO ser aburguesada??Yo creo que no lo eres ni mucho menos..Creo que eres sensata,sensibley que aprendes a fiarte de tu experiencia..De tu sabiduria..
Leyendo esta historia me he reconocido yo también un poco y creo que eso es lo me ha hecho emocionarme con una cosa como contradictoria de nostalgia y liberación..
Que importante el tirar de los hilos de una o uno y ver a donde te llevan
Mil besitos

Anonymous said...

ay que rico eres mi willbur...

Anonymous said...

siempre puedo contar contigo, amigo guille, cuando de sacar el alma se trata...

gracias bonito

sinseso said...

comprendí todo, yo también me sorprendo de ser tan mamá de dos hijos, tan emparejada al largo plazo. me sorprendo de lo importante que es para mí y agradezco lo que tengo.

lindo relato

mi amiga vive en betanzos, no se donde está eso, es chilena y tiene un hijo muy lindo. están con su pareja en plan de estudios, son muy simpáticos y buena gente.

Anonymous said...

Hija, cómo escribes, ay que ver... es emocionante pero la verdad, como hermana de la escritora, menor que tú pero mayor que la jovenzuela de 22 años de la historia, no puedo por menos que preguntarme cómo es posible!!!! porqué carajo acabaste viviendo con yonkis violentos y recogiendo colillas y comida! (de la iglesia encima, pero mira algo bueno hacen). Si sé, una cosa lleva a la otra, y ahí, en las calles de ese Londres, que atrapan y atraen en igual medida, no quisiste volver al nido, en parte por orgullo, en parte porque qué carajo, vivías tu sueño (pesadilla??)...y estabas desorientada,no?

no sé, mayorcita eras, (?) pero yo te cogía de los pelos esos largos preciosos y negros que tenías y te daba un tirón de orejas para hacerte reaccionar. Menos mal que ya lo hiciste tú a tiempo

Anonymous said...

una cosa esta clara, el relato revuelve la guata deja pensando y con una extraña sensación mezcla de ternura, miedo, libertad y mucho de lo del anterior post (el de la honestidad).
pero sobre todo me parece valiente y liberador que lo hayas puesto.
ole laurilla
tirar de los hilos uno a uno y ver donde te llevan dice will, algo de eso estuvimos hablando la otra noche, muy bien.

supongo que esa habitación llena de muebles rotos a veces puede ser el salón de una bonita casa, ya que uno puede que este intentando reconstruir su persona aun siendo una madre-esposa-trabajadora (nada termina nunca)... con el paso del tiempo es una búsqueda en la que van cambiando los escenarios, pero la búsqueda sigue. no has perdido nada en el fondo, a mi no me resulta una extraña la de londres.

me gusta lo de seguir equilibrando con el desorden, tal vez de eso se trata el sobrevivir

un abrazo enorme (a las dos)
marcelo

Anonymous said...

Pues yo me descubro enfadada y llorando, como si al escribir eso, al pensar eso, al sentir eso, me estuvieras atacando directamente. No lo entiendo. Quisiera escribir un comentario super tierno que te diera calor para cuando te sientes una extraña de ti misma -conozco la sensación y es el colmo de la soledad, cuando a una ya no le queda ni una misma-, pero no puedo porque estoy indignada.
Odio recordar las condiciones en las que decidiste vivir en Londres, no entiendo por qué ahí te sientes más tú. Yo te recuerdo más tú todavía cuando grabábamos vídeos en tu casa para descojonarnos por ejemplo. O en la comunión de tu prima, jugando en Majadahonda como marimachos. O en las caries del patio rojo... Vale, era menos épico, no había lucha contra el sistema ni rebelión, pero tampoco tanto sufrimiento. ¿Por qué es menos auténtica esa Laura? ¡Yo no quiero a la Laura de Londres, quiero a la otra!
¿Te acuerdas una vez que fui a visitarte cuando vivías no en Altea, sino en el sitio de antes? (joder, he olvidado el nombre). En un momento dado reventaste de ver los atracones que me metía, se te inflaron las pelotas. Creo que esta sensación tan chunga y desconcertante que se me ha quedado al leerte, tiene esa naturaleza: no sé si es porque estoy hasta los güebos de ver cómo sufres por elegir sistemáticamente el camino más difícil, o porque estoy harta de hacer yo exactamente lo mismo. ¿Quieres oír algo duro de verdad? Pienso que si fuéramos perros, lo más compasivo sería sacrificarnos.
Perdona, Lau, me parece que no estoy enfadada contigo, sino conmigo. No te enfades por decir mi opinión.
Me ha gustado mucho tu cuento, pero hija, me has dao la vuelta por dentro.
Te quiero. (esto se avisa, guapa)

Anonymous said...

pero... pero... vamos, no se, me teneis alucinada...

os juro que si hubiera creido que estos eran los sentimientos que iba a provocar, ni de cojones publicaba el texto, vamos, ni de coña... es más, yo tenía la certeza (ahora veo qu estaba equivocada, según parece) de que lo que manifestaba era lo contrario, que el encuentro con la yo de antes me completaba, me hacía feliz por lo que me entregaba y porque tb me reencontraba con lo bueno que ahora tengo y soy.... y parece como si echase de menos aquello, cuando no es así, lo que echo de menos es la valentía, el arrojo, el no tener un plan preconcebido y solo caminar y llegar a buen puerto, el no tener rutinas, el ser capaz de poder a toda esa mierda sin sentir que vivía en la mierda... joder, trataba de escribir sobre como una situación dramática puede vivirse sin drama en su momento y como luego, desde la distancia que da el tiempo, se aprecia la dureza pero también alivia saber que una no sufrió tanto cuando estaba en el ojo del huracán...

os agradezco mucho mucho mucho la honestidad, no me enfado para nada pato, hermana mía, pero tía, por dios, estoy que no me hallo después de leerte...¿que pasa? ¿porqué esa rabia? ¿como he podido ser tan malinterpretada?

la hostia, esto se está volviendo el carajo de personal...

en fin, en todo caso, de verdad, no quería dejaros con el mal rollo en el cuerpo, me ha salido el tiro por la culata...

Anonymous said...

guille, sinseso, marcelo... gracias, se ve que sintonizais con lo que trataba de explicar: cuando una pone toda la carne en el asador y se muestra en pelotas frente al mundo está bien recibir una respuesta de acogida, de comprensión, lo que no significa que por eso estemos de acuerdo o aprobemos lo que quiera que sea, pero por lo menos conviene no juzgar y más o menos entender de lo que se está hablando...

es muy facil ver los toros desde la barrera, y entonces juzgar si lo que alguien hizo o dejó de hacer tuvo o no tuvo sentido... cada uno vive sus procesos, a mi el mío me ha servido, me ha enriquecido y no me arrepiento ni de una coma de mi pasado ni de mi presente; claro que entiendo el miedo cuando se ve a alguien querido sufriendo, pero no entiendo que una vez que todo ha sido superado para bien se siga metiendo el dedo en la llaguita para decir una y otra vez "no se como te pudo pasar..." (que viene a ser lo mismo que decir, "a mi nunca me pasaría eso..." y si algo me ha enseñado la vida es que no se puede decir nunca de este agua no beberé...)

Anonymous said...

la la lau

Anonymous said...

lau, yo creo que no hay ruptura sino evolución. No hay dos laus, sólo una! lo que eres ahora (una persona comprometida, inconformista, curiosa, independiente, etc) ya estaba entonces en germen y lo que eras antes (una persona comprometida, inconformista, curiosa, independiente, etc) también ha quedado en tu tú de ahora. Sólo que no en las mismas formas. Eso es crecer.
rak

Anonymous said...

gracias rakis, estoy totalmente de acuerdo, y eso es lo bonito de la historia... muchas veces me he dado cuenta en las horas bajas, cuando no dan ganas de seguir palante, de que lo que me sostenía y aguantaba en el sitio era la curiosidad por ver que pasa después...

besotes

Anonymous said...

Yo no sé porqué crees que digo lo que no digo, en cualquier caso lo re-digo una vez más: me pregunto cómo es posible, (y me respondo) al fin y al cabo, TODA REFLEXIÓN empieza por ahí no? ¿es preguntarse, necesariamente no entender? ¿es juzgar? ¿es decir de este agua no beberé? NO. Es preguntarse y ya está. Más encima cuando hemos hablabo 900 y mil veces de Londres y sé cómo se desencadenaron los acontecimientos; es así pues... una pregunta retórica la que me hago.No quisiera que interpretaras otra cosa.

En cualquier caso: a mí no me da mal rollo el texto, ahy un par de partes que qué quieres hija, dan encogimiento de corazón, pero más por las cosas que yo sé que por las que dices. No creo que remueva traumas ni malos rollos porque tú nunca los has sentido así, ni yo. La verdad esque tus aventuras in London han sio como una peliculilla que yo he vivido y ha habido de todo: malos rollos con cabrones, anécdotas sesssis con machotes buenorros y nostalgias guapas guapas con esos negros blueseros. No temas que eso es lo que transmites. A mi me gusta y me entretiene tu historia y no hay NADA que debas ocultar. No se me ocurre qué podría ser...

Anonymous said...

y hago un montón de erratas