Tuesday, December 16, 2008

BANQUEROS AGOBIADOS Y BROKERS ESTAFADORES:

CUATRO COSITAS ELEMENTALES QUE DEBERÍAN HABER APRENDIDO LOS PECES GORDOS DEL CAPITALISMO

1. Que el capitalismo no es el sistema económico perfecto: pese a lo que creyeron tras la rendición del comunismo, el capitalismo no es el único paradigma viable, tal y como está conformado, y no es en absoluto perfecto, ni siquiera para sus propios intereses.

2. Que cualquier sistema, llevado al extremo, colapsa: el capitalismo tuvo su tiempo de bonanza mientras tuvo unos ciertos límites, mientras estuvo sujeto a un cierto pacto social. Con el Estado de Bienestar todos salíamos ganando; con la exacerbación neoliberal de los ochenta en adelante (privatizaciones, menos intervención estatal, empleo precario, abaratamiento del despido, bajadas de impuestos a los más ricos y subidas a las clases medias-bajas, deslocalizaciones, etc.) han llevado las desigualdades al extremo, y con ello el sistema se ha colapsado, puesto que está poniendo en peligro la existencia de la clase media, polarizando la sociedad de clases hasta límites insostenibles.

3. Que el colapso del sistema conlleva no solo pérdidas económicas para ellos, también pone en peligro la paz social: porque el reparto injusto de las riquezas que venía siendo sistemáticamente ejercido sobre el tercer mundo y promovido, impuesto, y aceptado por el primer mundo, ha sido importada a las sociedades privilegiadas, y empezamos a comernos los marrones que durante décadas hemos estado sustentando. Las migraciones, los guettos, las clases polarizadas, la precariedad laboral, la destrucción de puestos de trabajo, y la pérdida de recursos públicos, nos lleva a una situación de polvorín social que más les valdría poner bajo control.

4. Que lasuperv ivencia del sistema liberal pasa por una revisión, en la que se incluya a los trabajadores: una inclusión que si no afecte en el reparto de los beneficios generados, o en nuestra participación en la producción de los bienes y su gestión (más allá de ser meros operarios de la cadena productiva y de consumo) al menos no poner en peligro unos mínimos dentro del estatus que los ciudadanos occidentales (o al menos los europeos) habíamos logrado. Y a ser posible que ese estatus se reparta un poco más equitativamente al resto del mundo.

Siempre habrá pobres y ricos, privilegiados y pringados, puteadores y puteados, pero ahora que los peces gordos están empezando a verlas un poco más putas, deberían, por simple instinto de supervivencia, bajar un poco el perfil de este neoliberalismo caníbal, por lo que pueda pasar…

Thursday, December 04, 2008

Extrañeza

* Volver a plantearme la vida en Madriz me ha dado escozores y ardor de estómago, pero también la ligera esperanza de que tal vez allí pueda retomar mis proyectos, al menos en lo laboral, ya que aquí la suma tranquilidad que me envuelve también afecta a que todo cese, incluso las oportunidades.

* La fase de añoranza adolescente pasó: lo que tiene encontrarte con adolescentes reales es que acabas por verlos como a través de un microscopio (¿que le pasa a este bichito extraño que solo piensa en reirse y que suelta más tonterías por la boca en una sola conversación de las que una es capaz de procesar en dos meses?). Gracias a eso, me reafirmo en mi momento. Me encanta ser treintañera (going on forty...) y no tener que volver a vivir el suplicio de la bobería crónica como si fuera un regalo divino. Al menos ahora cuando descubro mi estupidez, trato de ponerle remedio, en lugar de exhibirla llamándola "diversión".

* Si los adolescentes son bichitos extraños, los hombres son seres alienígenas. No solo por incomprensibles, también por invisibles. Sé que existen, están ahí fuera, pero en mi mundo femenino y solo femenino parecen más un mito que una realidad... ¿Qué ha pasado? ¿Dónde se meten? Los veo por la calle, en los bares, en sus coches, pero no convivo con ellos, están entre nosotros pero son seres ajenos. ¿Estaré practicando alguna clase de segregación involuntaria subconsciente hacia el macho o es el macho el que ya no me ve porque me he vuelto insignificante? Sea como sea, ocurre como con madriz: me alegro de no tener que sufrirlo, y sin embargo a veces lo echo de menos.