Thursday, December 04, 2008

Extrañeza

* Volver a plantearme la vida en Madriz me ha dado escozores y ardor de estómago, pero también la ligera esperanza de que tal vez allí pueda retomar mis proyectos, al menos en lo laboral, ya que aquí la suma tranquilidad que me envuelve también afecta a que todo cese, incluso las oportunidades.

* La fase de añoranza adolescente pasó: lo que tiene encontrarte con adolescentes reales es que acabas por verlos como a través de un microscopio (¿que le pasa a este bichito extraño que solo piensa en reirse y que suelta más tonterías por la boca en una sola conversación de las que una es capaz de procesar en dos meses?). Gracias a eso, me reafirmo en mi momento. Me encanta ser treintañera (going on forty...) y no tener que volver a vivir el suplicio de la bobería crónica como si fuera un regalo divino. Al menos ahora cuando descubro mi estupidez, trato de ponerle remedio, en lugar de exhibirla llamándola "diversión".

* Si los adolescentes son bichitos extraños, los hombres son seres alienígenas. No solo por incomprensibles, también por invisibles. Sé que existen, están ahí fuera, pero en mi mundo femenino y solo femenino parecen más un mito que una realidad... ¿Qué ha pasado? ¿Dónde se meten? Los veo por la calle, en los bares, en sus coches, pero no convivo con ellos, están entre nosotros pero son seres ajenos. ¿Estaré practicando alguna clase de segregación involuntaria subconsciente hacia el macho o es el macho el que ya no me ve porque me he vuelto insignificante? Sea como sea, ocurre como con madriz: me alegro de no tener que sufrirlo, y sin embargo a veces lo echo de menos.

2 comments:

Anonymous said...

qué bonica hija ta quedao, me gusta eso de ponerle remido en lugar e exhibirla llamándola diversión.Has dao con la clave hija, ayer mismo ví a más de uno y de dos llenando su momenticos de sábado e estúpida diversión.

Yo de hombres no estoy mal servida, ya que vivo con dos, que no responden precisamente al arquetipo de macho, son bastantee girlimán, y lo disfruto por ésto. Me gusta pasar mis ratos con los niños estos, rodearme de testosterona inofensiva.

Y acercarme a la treintena no me asusta tanto ahora que estoy estudiando y poniendo mi cerebro a trabajar, ahora que voy a aprender tanto y conocer tantas cosas nuevas y si dios quiere, encarrilar mi futuro. Ya me tocaba oyes. Y sí , me encanta la madurez o lo que sea que he adquirido

Anonymous said...

testosterona inofensiva.... buena descripción de lo que echo en falta, esa parte benevolente del hombre (que no del macho, que ese solo tiene de la mala) con la que tan bien me entiendo. todo llega, digo yo.

yo madurez lo que se dice madurez, no se si tengo, ni siquiera sé muy bien lo que es eso, pero sí que puedo mirar patrás y decime: bueno chica, algo has aprendido. Ya solo por eso merecen la pena estas arruguinas y estas canas y todas estas cosucas que son las huellas de lo que ha ido pasando, así que por lo mismo, lo que tenga que venir, pa lo bueno y pa lo malo, bienvenido sea.

a ver si esta vez se me contagia tu buena estrella y se empiezan a realizar algunos sueños o proyectos, que sí, ya nos va tocando.