Sunday, September 07, 2008

DESCLASADOS

Inmersos en una política económica global que cada vez aumenta más la distancia entre los de arriba y los de abajo, las clases medias empiezan a diluirse agobiadas por las hipotecas y los bajos salarios, mientras las grandes corporaciones se llenan los bolsillos a costa de trabajadores deslocalizados y dejando a los gobiernos con tan escaso margen de maniobra que las políticas sociales tienen a la extinción, como vemos en el modelo yanki y en los paises más "desarrollados" de latinoamérica.

Nuestros padres y nuestros abuelos se definieron, pertenecían a la clase trabajadora y defendían sus derechos, o aspiraban más alto y perseguían el sueño burgués, algunos con bastante éxito, logrando acercarse a estandards de vida bastante óptimos económicamente. Ahora el percal ha cambiado, y salvo que atraquemos un par de bancos, nos toque la lotería, o salgamos en el Hola, dificilmente ninguno de nosotros logrará tener una hipoteca pagada en su totalidad antes de los cincuenta, como pudieron nuestros padres, ni podrá viajar por el mundo, ni pegarse pitanzas los domingos en restaurantes, ni ninguna de esas cosas estupendas que creemos que obtendremos currando como idiotas en trabajos absurdos con sueldos mileuristas (y eso, con suerte...). Ni siquiera podremos tener todos los hijos que hubiésemos querido, mucho menos los lujos que nos han soñado.

El Estado de Bienestar a la mierda: La clase media debería redefinirse, preguntarse por su identidad. ¿Con quien estamos? Nos venden el puto American Dream, y lo consumimos cambiando de movil cada año, y comprando coches caros y DVDs y ropa y cafeteras de quinientos euros y pasando los sábados en centros comerciales, y odiando a los inmigrantes y cagándonos en los gobiernos que "no son firmes" ante las crisis... Acojonándonos con el terrorismo desvían nuestra atención y nos hacen olvidar que el enemigo real es otro. Porque antes igual que hoy, el enemigo es ese señor gordo con chistera que fuma un puro: el mismo Satanás con distinto disfraz.

Si las clases medias siguen desclasadas, si no toman conciencia de su condición de masa trabajadora, que hincha los bolsillos de los poderosos, que alimenta su codicia siguiendo su estilo de vida produce-consume-produce-consume hasta el infinito jamás nos quitaremos de encima esta crisis de la que tanto se habla, y eso que estamos al principio tan solo de lo que puede avecinarse, me temo.

¿Cómo llevar este mensaje a la gente? ¿Cómo hacerles reconocer quién es el amo que les pone el collar? ¿Cómo hacerles ver el rostro que se carcajea un poco más arriba de esa bota que les pisa la yugular? ¿Cómo canalizar su legítima rabia hacia el enemigo concreto, en lugar de hacia los pobres, los oprimidos o los militantes que defienden sus intereses?

Si en un mundo cada vez menos ético y empático la Conciencia a secas parece ausente, al menos logremos despertar la conciencia de clase, ya que esta afecta directamente a lo que más parece importar a la masa social: el bolsillo.

Es hora de despertar y sacudir un poco los cimientos de este infierno, para que, igual que sacudiendo un árbol caen los frutos, hagamos caer las hojas secas del sistema y que se pudran a nuestros pies para dejarnos un poco de espacio y oxígeno para seguir creciendo.


http://es.youtube.com/watch?v=vdYwfDaAHVs
Billy Bragg
Waiting for the great leap forward

3 comments:

laumunoch said...

tengo algo en mente para iniciar una acción de andar por casa que tire algunas cacas sobre las chisteras de los malos... no me dejeis solita como el quijote ante los molinos, en el próximo post os lo cuento.

y perrillos y perrillas: aunque no dejeis comentarios, sé que nos leeis, el contador no miente...

sinseso said...

yo leo siempre
es más, me quedo corta de lecturas en este blog. osea, vengo y me encuentro la misma entrada.

pero bueno, tu idea de hacernos más concientes sobre la dominación económica me parece necesaria. acá andamos por las mismas, sueldos que nos alejan de los libros, los cds, los viajes, los restoranes, esos lujitos tan deliciosos de la vida. aunque yo no me quejo, la mayoría de los profesionales clase media (profes, periodistas, trabajadores sociales, músicos, artistas) viven con lo justo y sin dejar mucho para el fondo de pensiones.

¿mejor irnos a vivir al campo?
la vida lárica, como dice teillier, siempre se me aparece como opción.

Anonymous said...

yo no veo salida por ningún lao a nuestra crisis, ya podemos patalear peo estamos cogidos por los huevos peo en fin imagino que al menos podremos intentar no seguirles mucho el rollo y no perder el espíritu, que es lo único que nos queda no?